Un león estaba sobre un novillo en el suelo y ya abatido. Se presentó también un bandido pidiéndole una parte.
-Te la daría -dijo el león- si no estuvieras acostumbrado a tomártela por ti mismo.
Y echó al bandido. Por casualidad un viajero de aspecto inofensivo llegó al mismo lugar y, al ver al león, echó atrás sus pasos. El león, tranquilo, le dijo:
-No temas nada y llévate con audacia la parte que se le debe a tu modestia.
Entonces, tras hacer trozos del cuerpo del novillo, se dirigió a los bosques para dejar libre acceso al resto del novillo al hombre.
Moraleja:
La codicia es opulenta y no consigue lo que se propone, mientras que la modestia sí lo hace.